Tras las continuas metidas de patas de los clérigos que la imagen pública del gremio clerical va en picada. Como no desepcionarse, si aquellos que representan el ideal de moral y espiritualidad se comportan como cualquier ser humano, y luego en su omilía dictaminan responsabilidades de las cuales ellos se desentienden. Quizás, es porque durante siglos la libertad de expresión era sometida bajo la túnica y el sermón, y ahora, los recuerdos amargos de represión actúan como gatillantes para aborrecer a cualquier ser bondadoso aún en sus filas.
Da igual, el hecho es que aún este gremio tiene su relevancia, y acá las 5 razones por la cuál la orden clerical sigue siendo respetable.
5. Filósofos
Con la cantidad de años que estudian, y en las condiciones de vida que llevan - continuas meditaciones y contemplaciones de la vida social - que estos señores son especialistas para filosofar acerca de las cosas. Los mejores ejemplos lo tenemos con Santo Tomás de Aquino, y sus aportes a los estudios Aristotélicos. O bien el monje detective William of Baskerville, el cual hace gala de sus capacidades para descubrir los crímenes en la abadía Benedictina.
Claro, ser filósofo hoy en día vale tanto como ser un barrendero. Aunque, en algún momento la moda dará un vuelco y el pensar sobre las cosas retome su valor, y aquí el gremio retomará su importancia.
4. Trabajadores sociales
Sacerdotes como el Padre Hurtado, o el bueno de Juanito Bosco, que alzan sus esfuerzos para la superación de un grupo disminuido. Su trabajo ayuda a muchos a subsistir cuando las condiciones no son las más favorables. En otras ocasiones, son los encargados de preparar gente para que tengan una profesión.
Sea como sea, su iniciativa aún permance vigente atendiendo las necesidades de quienes lo necesitan, independiente de quienes los administren.
3. Aventureros
Al más estilo de "La misión", el Padre D' Agostini llegó a Tierra del Fuego y se encargó de recorrer, preparar mapas, establecer colonias, y como todo clérigo evangelizar. Estos son curas que viajan a sitios indómitos con el afán de educar y evangelizar (que en otras palabras, es hacer menos salvajes por medio de la creencia). Si bien ya no son muchos, sus logros permanecen vivos, ya puede ser en lugares como África, o en el mismo Paraguay (asentamiento de los jesuitas, que dicho sea de paso, son como los filósofos de la Iglesia).
Mención especial a Robert DeNiro como clérigo, ya que si Deniro es uno, es que es bien bakancita la cosa.
2. Protector de los indefensos
La labor de todo pastor, es cuidar a su ganado. Es por eso que siempre habrá un clérigo decente que se encargará de cuidar a quienes lo necesitan. No falta el inocente perseguido por la mafia que debe acudir a su sacerdote para que lo esconda o lo protega. Además, como la mafia italiana respeta a estas instituciones, el rol de protector le queda de pelos.
El mejor ejemplo, está en los hijos de la calle. El cura, que notablemente lo representa Deniro (debe ser genial ser de este gremio si Deniro representa varias veces papeles de ellos) protege a los adultos enjuiciados, porque es bueno ser un cura que protege a las almas en peligro.
Otro caso emblemático, es el del Padrecito, que llega a acunar a un pueblo mexicano, mientras hace sus payasadas con sus bigotes.
1. Encargado de derrotar a las fuerzas demoniacas
Está claro que en este mundo de incertidumbre, aún hay muchas cosas que no conocemos. Por eso, el gremio clerical está preparado para acabar con todo aquello oscuro que afecte a la raza humana, dígase demonios, vampiros, y otras cosas feas que se relacionen con el aberno.
Ya tenemos a el Padre Carras, siempre que el cachudo meta su nariz, estára listo a liberar creyentes de sus manos (y así evitar torticolis futuras como efectos secundarios).
O bien, el padre Adama Guitere como cazador de vampiro, lleno de armas y pateando traseros de los dientudos.
Y estas son las 5 razones que encontré para justificar la respetabilidad e importancia del gremio clerical. ¿Creen que existen más méritos?
publicado originalmente en shunegg.blogspot.com
Da igual, el hecho es que aún este gremio tiene su relevancia, y acá las 5 razones por la cuál la orden clerical sigue siendo respetable.
5. Filósofos
Con la cantidad de años que estudian, y en las condiciones de vida que llevan - continuas meditaciones y contemplaciones de la vida social - que estos señores son especialistas para filosofar acerca de las cosas. Los mejores ejemplos lo tenemos con Santo Tomás de Aquino, y sus aportes a los estudios Aristotélicos. O bien el monje detective William of Baskerville, el cual hace gala de sus capacidades para descubrir los crímenes en la abadía Benedictina.
Claro, ser filósofo hoy en día vale tanto como ser un barrendero. Aunque, en algún momento la moda dará un vuelco y el pensar sobre las cosas retome su valor, y aquí el gremio retomará su importancia.
4. Trabajadores sociales
Sacerdotes como el Padre Hurtado, o el bueno de Juanito Bosco, que alzan sus esfuerzos para la superación de un grupo disminuido. Su trabajo ayuda a muchos a subsistir cuando las condiciones no son las más favorables. En otras ocasiones, son los encargados de preparar gente para que tengan una profesión.
Sea como sea, su iniciativa aún permance vigente atendiendo las necesidades de quienes lo necesitan, independiente de quienes los administren.
3. Aventureros
Al más estilo de "La misión", el Padre D' Agostini llegó a Tierra del Fuego y se encargó de recorrer, preparar mapas, establecer colonias, y como todo clérigo evangelizar. Estos son curas que viajan a sitios indómitos con el afán de educar y evangelizar (que en otras palabras, es hacer menos salvajes por medio de la creencia). Si bien ya no son muchos, sus logros permanecen vivos, ya puede ser en lugares como África, o en el mismo Paraguay (asentamiento de los jesuitas, que dicho sea de paso, son como los filósofos de la Iglesia).
Mención especial a Robert DeNiro como clérigo, ya que si Deniro es uno, es que es bien bakancita la cosa.
2. Protector de los indefensos
La labor de todo pastor, es cuidar a su ganado. Es por eso que siempre habrá un clérigo decente que se encargará de cuidar a quienes lo necesitan. No falta el inocente perseguido por la mafia que debe acudir a su sacerdote para que lo esconda o lo protega. Además, como la mafia italiana respeta a estas instituciones, el rol de protector le queda de pelos.
El mejor ejemplo, está en los hijos de la calle. El cura, que notablemente lo representa Deniro (debe ser genial ser de este gremio si Deniro representa varias veces papeles de ellos) protege a los adultos enjuiciados, porque es bueno ser un cura que protege a las almas en peligro.
Otro caso emblemático, es el del Padrecito, que llega a acunar a un pueblo mexicano, mientras hace sus payasadas con sus bigotes.
1. Encargado de derrotar a las fuerzas demoniacas
Está claro que en este mundo de incertidumbre, aún hay muchas cosas que no conocemos. Por eso, el gremio clerical está preparado para acabar con todo aquello oscuro que afecte a la raza humana, dígase demonios, vampiros, y otras cosas feas que se relacionen con el aberno.
Ya tenemos a el Padre Carras, siempre que el cachudo meta su nariz, estára listo a liberar creyentes de sus manos (y así evitar torticolis futuras como efectos secundarios).
O bien, el padre Adama Guitere como cazador de vampiro, lleno de armas y pateando traseros de los dientudos.
Y estas son las 5 razones que encontré para justificar la respetabilidad e importancia del gremio clerical. ¿Creen que existen más méritos?
publicado originalmente en shunegg.blogspot.com