miércoles, 13 de octubre de 2010

Dan Brown, el donde está wally para adultos

Leer, así como ver películas, es algo que se disfruta según el más profundo de los gustos. Algunos preferirán una amena lectura, que enfatice en sucesos comprensibles y en una narración guiada que no complique. Otros, más exigentes, considerarán que una propuesta debe ser más osada y que se debe jugar con el orden del tiempo (elipses temporales), o quien sabe, con la certidumbre de un determinado misterio. O, preferir complicados argumentos, cargados de dramatismo, o conflictos existenciales. Mas, no existe parámetro para decidir que es mejor, siendo el gusto individual quien determine la pasión final.

Todo esto suena como apología preventiva, dado a que, siendo mi uso particular el de un "tirador de caca" (no se podría declarar mejorar expresión para el uso exacto de lo que mis intenciones abarcan, sin tener argumentos ulteriores más que el gusto personal) preveo más de algún emocional perjudicado.

Esto es, porque he leído hace algún tiempo "El código Da Vinci" y "Ángeles y demonios" del aclamado escritor Dan Brown, y sólo puedo decir que sus libros son como Dónde está wally para adultos. Y si bien, para algunos amigos aquello es mucho decir (ya que elevan a Wally, el escondido personaje de libros infantiles, como un irremplazable ícono popular) la verdad radica que encajan a la perfección dentro de la misma categoría: libros hechos para buscar pistas y encontrar a wally.

No cabe duda que el escritor sabe lo que hace a la hora de explicar símbolos, y cosas que requieren de estudio previo. Pero no tiene carisma para seducir más allá de la receta que le enseñó su abuelita, una receta que ya se quedó pasada de moda, después del primer libro, y cuyos elementos no son más exitantes que una gran búsqueda de objetos, uno tras otro, para descubrir finalmente la ubicación del premio mayor.

De este modo, su capacidad narrativa no supera a la de un niño contando sus vacaciones por el mundo recolectando objetos simbólicos para desnostar a una cultura religiosa milenaria, acompañado de una mujer hermosa de turno.


!Hey¡, encontré la llave pandimensional que nos conduce a la sala del Dios Amonateb, el gusano. - Exaltada la mina rica de turno relata su hallazgo a el conocido profesor, mientras continúa diciendo: Según los relatos de mi abuelo (quien fue profesor del conocido profesor), Amonateb es un dios presumerio que dice la leyenda descendía para vivir ciertos periodos de tiempo con sus adoradores, a cambio de una gran orgía.

Decididamente, esto está fuera de lugar, pensaba el profesor macaquito, quien tras años de estudios posteriores a su experiencia con el abuelo profesor, sabía que eso era imposible dado a la simbología que precedía a esa cultura presumeria. De momento sólo se detuvo a contestar- los parapelicuecos solían utilizar esa llave como modelo astral de predicción, y no como un ornamento ceremonial de invocación. Algo debe estar ocurriendo que no hemos comprendido.

Bla bla bla

(Muchos viajes por medio oriente. Uno que otro intento de homicidio, secuestro o explosión por un misterioso ser, del cual se cree sirve a el antagonista obio de la historia)

Bla bla bla

Tras recorrer el mundo,
la mina rica de turno comenta a macaquito - Encontramos al Dios perdido, era mi hermano que siempre estuvo en el patio de mi casa.

De este modo, macaquito comprobaba sus teorías nuevamente eran las acertadas
.


Con esto, no me atrevo a arriesgar a tocar otro libro suyo.

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Leer es un placer que no debe ser interrumpido por la opinión de los demás. Si ama a este tipo de escritores, leálo. Sea objetivo y ríase de lo que se dice. =)

2 comentarios:

Neuromancer dijo...

Dan Brown pasó a ser el referente en cuanto a fórmulas para escribir libros y vender millones. Lo extraño es que hay montones de escritores que usan el mismo molde para todos sus libros, pero supongo que o lo hacen más sutilmente o simplemente no han llamado mi atención. Yo leí 3 libros de este autor y los 2 primeros me entretuvieron bastante. Pero para el tercero ya estaba pensando "corta el weveo, como siempre la misma cuestion" jajaja
En resumen, si has leído uno los has leído todos xD

Saludos Tacho.

eltacho dijo...

Creo que la fórmula es entetenida. Funciona bastante bien, hasta que no encuentras nada nuevo en ello.

Esa es la línea entre un escritor genial, y otro normal. La de que tu obra sea inmortal, y que no importa cuantas veces escribas, siempre habrá algo fresco, pero que conserve la esencia del resto.