miércoles, 7 de septiembre de 2011

Con el pasar de los años

Es inevitable, que con el pasar de los años, ciertas cosas cambien. Usualmente uno se da entendido cuando las costumbres que llevabas sufren alteraciones: un día te levantas a las 7:00 para ir al liceo, y luego te levantas a las 8:00 para ir a la Universidad, luego estas cesante, para finalmente trabajar en algún sitio en el cual debes levantarte a las 6:30 para llegar a la hora. O bien, puede ser que antes disfrutabas de mirar series de dibujos animados, para luego, dado las nuevas circunstancias de tu vida, ver deportes, o series de alguna cadena televisiva.

Es inevitable, las cosas cambian. Pero es el colmo, que cuando intentas revivir la experiencia que viviste, en un momento nostálgico-romántico, tú nueva visión del mundo termine corrompiendo la memoria de lo lindo que fue lo que viviste.

Día miércoles, llego temprano a la casa de mi amigo, es día para conversar proyectos (claro, esa era la intención inicial). Con la llegada de otro amigo surge la pregunta, y qué hacemos ahora. Prende tele y veamos el final de una serie. Llega el último invitado (cortando la inspiración de poder ver el final ... y yo me quedo aún con las ganas porque aún no lo he visto) y pues, de nuevo, qué hacemos. Cualquiera diría !Hey, veamos el proyecto¡, mas eso nunca es así, una sesión nostálgica nace y los Supercampeones aparecen en pantalla.

Más allá de lo genial de ver nuevamente a Oliver con su mejor amigo el balón, surgen risitas sobre lo triste es que este mocoso solo tenga de amigo un balón (hecho indiscutible, ni menos vergonzoso, en su momento), o bien, que Roberto Cediño se coma a la madre mientras Oliver está en el colegio. Los clásicos momentos Supercampeones, son reídos ahora por lo crueles que eran (y en su momento eran sencillamente una lección de vida), como el comentario de Roberto a Bruce, que debería haber lesionado mucho antes, y ante la reacción de Bruce quien responde, me estas bromeando, Cediño sólo calla ... Dios, eso veíamos de niños.

En el fondo, es genial recordar esas cosas, pero definitivamente ya no se ven con los mismos ojos. Las cosas cambian, para bien o para mal, tan sólo cambian.

No hay comentarios: